En los hospitales de todo el mundo se puede asistir
diariamente a numerosos prodigios producidos gracias a la tecnología y a la
rápida intervención en pacientes que hubieran muerto sólo unas décadas atrás.
Pero un milagro auténtico, un caso para el que médicos y enfermeras no
encuentren ninguna explicación, es algo muy diferente. Sin embargo, no faltan
los ejemplos. Uno de ellos es el caso de Lucy, una niña inglesa de 4 años que
ingresó inconsciente en el servicio de urgencias del hospital Santa María de
Paddington, en Londres, tras haber sido atropellada por un camión.
El aspecto de Lucy era tal que las dos doctoras de guardia,
Judith y Jenny, no pudieron evitar estremecerse a pesar de tener experiencia en
accidentes de todo tipo. Parece ser que acompañaba a sus padres mientras
caminaban por Edgware Road, una de las calles más concurridas de Londres. Sin
previo aviso, la niña se precipitó en la calzada y se metió literalmente bajo
las ruedas del camión, que no pudo frenar a tiempo. Todo el tonelaje del
vehículo pasó sobre el cuerpo de la pequeña.
Después de examinarla, las dos facultativas no daban crédito
a sus ojos, ya que sólo le encontraron un pequeño cardenal en el hombro.
Mientras la llevaban al departamento de radiología, la niña abrió los ojos y
preguntó que «dónde estaba el hombre vestido de blanco brillante». El radiólogo
pensó que se refería a é1, ya que, como todos los médicos, vestía bata blanca,
pero la niña repetía que ella hablaba del «hombre con el vestido largo que
brillaba». Una de las doctoras intentó tranquilizar a Lucy, pensando que todo
era producto de su imaginación, pero la niña mantenía su relato con tenacidad,
insistiendo en que aquel personaje luminoso le había acariciado las mejillas
mientras la cogía en brazos para evitar que las ruedas del camión aplastaran su
cuerpo. Unos minutos después se durmió y no despertó hasta pasadas veinticuatro
horas. Transcurrido ese tiempo se le practicaron todo tipo de pruebas y
análisis, pero, salvo el pequeño cardenal del hombro, no encontraron nada.
Nadie podía creer lo que estaba pasando, ya que el conductor del camión
recordaba el ruido producido por las ruedas cuando supuestamente pasaron sobre
el pequeño cuerpo y un testigo confirmó que esa versión era cierta. Pero Lucy
insistía en que el hombre de blanco le había salvado la vida. Muchos afirmaron sin
ningún género de duda que ese «hombre» era su ángel de la guarda.
Los COMENTARIOS son importantes para saber cómo lo estamos haciendo, tomate un minuto para dejar un COMENTARIO sobre lo que te ha parecido este artículo. Gracias
NOTA: Para comentar esta entrada
deberás iniciar sesión en tu cuenta de Google+
No hay comentarios:
Publicar un comentario