Mi voz es la de la esperanza. Mi fulgor es brillo celestial
y mi aura se proyecta con destellos radiantes, cubriendo a los seres de la
Creación.
Hoy he viajado… atravesando mundos, cielos y mares para
llegar a ti y entregarte, querido mío, todo mi amor en esta emanación de luz.
Ven… ven a mis cálidos brazos… ven al amparo de mis alas y siente cuan grande
es la ternura que tengo por ti.
Al abrazarte suavemente y estrecharte en mi pecho te llenaré
de paz, salud y anhelos de espiritualidad… porque mi aura contiene sólo
virtudes para la Humanidad. Cierra tus ojos y observa cómo mi resplandor se
expande, atrayendo más bendiciones hacia ti. Sumérgete en mi luz y quédate
extasiado recibiendo mis dones de amor. Y no te alejes de mí. Es tanto lo que
quiero transmitirte, que podrás ayudarme a llevar un poco a los demás.
Hoy, Dios te ama a través de mí. Por eso estoy aquí como
portador de Su Bondad… Hoy ha amanecido sólo para ti.