La identidad precisa del “ángel del Señor” no es proporcionada específicamente
en la Biblia. Sin embargo, hay muchas “claves” importantes para su identidad.
Hay referencias en el Antiguo y Nuevo Testamentos sobre “ángeles del Señor, “un
ángel del Señor,” y “EL ángel del Señor.” Parece que cuando se usa el artículo
definido “el,” es para especificar un ser único, separado de los otros ángeles.
El ángel del Señor habla como Dios, se identifica a Sí Mismo con Dios, y ejerce
las responsabilidades de Dios (Génesis 16:7-12; 21:17-18; 22:11-18; Éxodo 3:2;
Jueces 2:1-4; 5:23; 6:11-24; 13:3-22; 2 Samuel 24:16; Zacarías 1:12; 3:1; 12:8).
En muchas de estas apariciones, aquellos que vieron al ángel del Señor,
temieron por sus vidas porque ellos habían “visto al Señor.” Por lo tanto, está
claro que al menos en algunas ocasiones, el ángel del Señor es una Teofanía,
una aparición de Dios en forma física.
Las
apariciones del ángel del Señor cesaron después de la encarnación de Cristo.
Los ángeles son mencionados numerosas veces en el Nuevo Testamento, pero “EL
ángel del Señor” nunca es mencionado en el Nuevo Testamento. Es posible que las
apariciones del ángel del Señor fueran manifestaciones de Cristo antes de Su
encarnación. Jesús declaró de Sí Mismo, que existió “antes que Abraham fuese”
(Juan 8:58), así que resulta lógico que Él estuviera activo y se manifestara en
el mundo. Cualquiera que sea el caso, ya sea que el ángel del Señor fuera una
aparición pre-encarnada de Jesucristo (Cristofanía), o una aparición de Dios el
Padre (Teofanía), es muy probable que la frase “el ángel del Señor” identifique
a una aparición física de Dios.
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