no
permitas,
ángel de la guarda,
que me avergüence nunca
de mis creencias.
dame,
ángel,
prudencia y tacto
para saber en cada caso
qué es lo que conviene hacer.
te lo pido por nuestro
señor Jesucristo.
madre mía
santísima,
fuerte como un ejército
en orden de batalla,
por intercesión de mi
ángel,
no permitas nunca que claudique
en el momento de la tentación.
ayúdame y protégete
para vencer este duro
combate contra el mal.
ahora y siempre
te alabe
por tu
gracia
amén.
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